El problema de la adaptación de los hombres a las tareas requiere que conozcamos la forma de analizar las aptitudes. Para hacer la adaptación adecuada, sin embargo, la tarea debe ser también analizada de modo que sepamos que aptitudes buscamos. Si las aptitudes que requiere una determinada tarea son demasiado complejas, el psicólogo puede cooperar con el ingeniero para reorganizar el trabajo, de modo que la tarea se vuelve a proyectar para utilizar en su mayor grado las aptitudes que sean aprovechables.
La voluntad de trabajar es en gran manera un problema psicológico. El incentivo económico no es suficiente para obtener la cooperación, porque la voluntad del hombre no se puede comprar a tan bajo precio. Incluso las decisiones de la alta dirección no pueden ser reducidas a un motivo utilitario. El prestigio, la libertad de elección y la seguridad llegan a ser lo más importante, una vez satisfechas las necesidades básicas.
Situación (estímulo) (S) → Organismo (O) → Conducta (C) → Realización (R)
Situación: incluye la luz, los ruidos, la rutina del trabajo, las demás personas, los actos del supervisor y cualquier aspecto ambiental al que la persona sea sensible.
Organismo: incluye la herencia y muchos aprendizajes, tales como conocimientos, destrezas, determinadas necesidades, actitudes y valores.
Conducta: incluye movimientos físicos, el habla, la expresión facial, las respuestas emocionales y el pensamiento.
Realización: incluye el cambio en la estimulación, la supervivencia, la evasión, los accidentes, el ataque de los demás, etc.
El proceso causal: con objeto de explicar la conducta, debe incluirse una descripción de S, así como de O. La interacción de las dos debe preceder a la conducta, que es el resultado de esta interacción. La conducta (C) da lugar a cambios que alteran la relación entre el organismo (O) y su mundo. El cambio producido por la conducta es una realización (R), que puede ser deseable o no deseable. Puede, en cada caso, alterar el estímulo-situación para el organismo en cuestión o servir como estímulo para otros organismos.
La conducta de una persona, por consiguiente, puede influir sobre el mundo de esa persona y puede influir también sobre las demás personas. De esta forma la realización de una parte de la conducta puede llegar a ser estimulación para otras personas.